Desde que me marché de casa de mi madre, lo que más echo de menos al vivir en un piso es no tener jardín... me falta ese cachito verde que me da la vida. Siempre quise tener un huerto. Hubo un tiempo en que gestioné un proyecto de huerto-invernadero con niños, pero aquello acabó y me quedé con las ganas...

Todos los años, por primavera compro una mata de tomates cherry, algunas aromáticas y una mata de fresas. Es lo único que me cabe en el espacio que tengo.

Hace unos días fuimos al taller de Huerto Urbano del que os hablé. Eso nos ha dado  el empujoncito que nos faltaba... bueno, y mi madre que nos cede un pedacito de terraza de su casa...

Mis premisas básicas en este proyecto son, EDUCAR y RECICLAR.
Educar: que mis peques descubran, conozcan y aprendan de donde vienen los alimentos que consumimos. que se impliquen en cada uno de los pasos de la creación y mantenimiento del huerto. De ese modo, será más fácil que incorporen a su alimentación las verduras y hortalizas.
Reciclar: Intentar aprovechar todo aquello que, en principio desechamos para construir nuestro huerto. Evitaremos en la medida de lo posible comprar material.

 Ya tenemos el espacio (gracias mamá!). Ahora, necesitamos los medios.

http://www.lahuertinadetoni.es/

Queríamos fabricarnos una mesa de cultivo con palets, siguiendo este DIY, pero con la crisis y la falta de obras, está siendo bastante complicado localizar palets en condiciones para hacerlo... asi que, descartada postpuesta esta opción, pasamos a la opción de macetohuerto.
Encontré en la basura unas cajas de fruta, no son de las guays, de madera, de esas bonitas que cualquier crafter sueña encontrar para decorar... son de las normalitas, de chapa de madera finita. Pero nos valen!!!

Aquí si que tuve que hacer una pequeña compra: una de esas telas de rafia que sirven para evitar las malas hierbas.

Unas grapas por aquí, unas grapas por allá... ajustando al tamaño de la caja, y listo! la madera, al ser tan finita, también acepta las grapas, por lo que la tela después no se mueve.


De momento, la utilizamos para transplantar un par de matas de tomate que ya teníamos creciditas, a las que pusimos unas guias de bambú.




Dibujamos las hortalizas y verduras que íbamos a plantar, Marco las coloreó, las plastificamos y añadimos palillos para identificarlas.

Etiquetamos nuestros pequeños brotes de ginkgos, de unas semillas que plantamos allá por diciembre...
sembramos un par de macetitas de perejil (no puede faltar...)


Aprovechamos bandejas de carne, una bandeja que amablemente nos dieron en cierta tienda de bricolaje y vasitos de yogur para hacer semilleros. Apio, pimientitos de Padrón, lechugas... las zanahorias directamente a la maceta! Para evitar la evaporación excesiva en los semilleros tenemos que inventarnos algo...
Falta foto de la jardinera que tenemos en la ventana de la cocina con fresitas... una delicia!

Y de momento, están todos en mi terraza, a la espera de que broten y pasemos a la segunda fase del huerto. Colocación de las macetas, sembrado de brotes y riego por goteo...
que ya será otra entrada...